La falta de deseo en una relación es una experiencia dolorosa y desconcertante para ambos miembros. Es un tema complejo, con muchas causas potenciales, y que va mucho más allá de lo que se ve a simple vista. Si has llegado hasta nuestro blog, sin duda sabes de lo que hablamos. Puede que te preguntes “¿por qué mi pareja no me desea?”, o que simplemente sientas que no tienes la libido que se supone que deberías. No pasa nada: en este blog profundizamos en este asunto para ofrecerte algo de luz.
La falta de libido es un problema común en las relaciones. La formación en terapia de pareja ayuda a comprender y abordar los obstáculos que aparecen en una relación.
¿Qué encontrarás aquí?
¿Por qué mi pareja no me desea?
El deseo sexual es una parte intrínseca de muchas relaciones románticas. Cuando uno de los miembros de la pareja no siente deseo por el otro, puede generar sentimientos de inseguridad, rechazo y confusión. Por eso, es fundamental recordar que la falta de deseo no se debe a la falta de amor o de atracción. Si te preguntas por qué mi pareja no me desea, la respuesta es mucho más compleja de lo que parece.
Factores como el estrés, la fatiga, problemas de salud, cambios hormonales y experiencias personales pueden tener un fuerte impacto en el deseo sexual. También es posible que conflictos no resueltos o falta de comunicación en la relación afecten a la intimidad. En algunos casos, la rutina y la falta de novedad puede disminuir el interés. Veámoslo a continuación en mayor profundidad.
¿Por qué mi pareja no quiere tener relaciones?
Existen muchas razones por las cuales la pareja puede no querer tener relaciones íntimas. No te agobies, ni asumas automáticamente que es por ti; si crees “mi pareja no me desea”, puede que sea por otros motivos. Existen muchas razones por las que tu pareja no quiere tener relaciones:
- Estrés. Las presiones del trabajo, las responsabilidades familiares y otros factores estresantes pueden drenar la energía y el deseo. La fatiga crónica, además, puede jugar una mala pasada. Analiza si ese puede ser el caso de tu pareja.
- Problemas de salud. La diabetes, las enfermedades cardíacas, los trastornos hormonales, la depresión y la ansiedad pueden tener un impacto significativo en el deseo sexual.
- Medicación. Existen medicamentos cuyos efectos secundarios incluyen una disminución de la libido. ¿Es posible que esté tomando uno?
- Problemas en la relación. Si hay falta de comunicación o conflictos abiertos, es normal que cueste tener la conexión emocional necesaria para mantener relaciones.
- Cambios hormonales. Esto afecta sobre todo a mujeres, cuyos cambios hormonales (menstruación, embarazo, lactancia, menopausia…) afectan directamente al deseo sexual.
Ante de ponerse a explorar los posibles problemas que pueda haber en la pareja, es importante descartar otras posibles razones. Puede que la dinámica de la relación sea la correcta, pero que a causa de la introducción de un nuevo medicamento, el plano íntimo se haya visto afectado.
Mi pareja no tiene libido: ¿qué hago?
A veces, si tu pareja no quiere tener relaciones es posible que sea debido a que no tiene libido. La libido se refiere al deseo sexual, es la respuesta a la atracción. Cuando alguien tiene poco deseo puede deberse a varios factores.
Falta de deseo sexual hacia la pareja por causas orgánicas
Las causas orgánicas se refieren a los cambios físicos que experimenta el cuerpo de una persona y que afectan directamente a su libido. Esto incluye factores fisiológicos y médicos, como por ejemplo:
- Desequilibrios hormonales. Los niveles bajos de testosterona en hombres y los cambios hormonales en mujeres pueden afectar significativamente el deseo sexual.
- Enfermedades crónicas. La diabetes, problemas del corazón o de la tiroides afectan al cuerpo y a la mente.
- Dolor y malestar. Condiciones que causan dolor crónico pueden hacer que mantener relaciones sea algo incómodo o doloroso, reduciendo el deseo.
- Medicamentos. Ciertos antidepresivos, antihipertensivos y tratamientos hormonales pueden tener efectos secundarios que disminuyen el deseo.
Para abordar la falta de deseo por causas orgánicas es altamente recomendable consultar a un médico para identificar y tratar las causas subyacentes. Si bien la terapia de pareja ayuda a gestionar el proceso desde un prisma psicológico, es importante descartar otras condiciones. Así, si dices que “mi pareja no me desea”, puede que estemos ante un problema más físico que psicológico.
Falta de deseo sexual hacia la pareja por causas psicológicas
Normalmente, la falta de deseo sexual hacia la pareja por causas psicológicas es más común. En terapia, es habitual abordar los problemas de intimidad desde esta perspectiva y existen varias estrategias para ello. En primer lugar, veamos cuáles son las causas de la falta de deseo psicológico:
- Estrés y ansiedad. Las preocupaciones, el estrés y la ansiedad general suelen reducir el deseo sexual, puesto que afectan enormemente al estado mental y emocional de la persona que los sufre.
- Depresión. Esta condición afecta profundamente al estado de ánimo y a la energía, e influye directamente en el interés por mantener relaciones.
- Traumas. Experiencias traumáticas pasadas pueden impactar negativamente en la vida sexual, causando miedo o aversión a las relaciones íntimas.
- Baja autoestima. La presencia de la inseguridad sobre el propio cuerpo o capacidades afectan a la confianza y disminuyen el deseo sexual de quién lo sufre.
- Problemas en la relación. El resentimiento, los conflictos y la falta de comunicación crean una barrera emocional que impide el deseo en las relaciones.
En estos casos, la terapia de pareja permite resolver los obstáculos que impiden la felicidad de la pareja. Gracias a las estrategias del terapeuta es posible abordar todos los puntos de vista y sanar el vínculo entre ambos para una relación sana y feliz.
Clasificación de la falta de deseo sexual
La ausencia de libido puede clasificarse según las características y la duración. Este es un factor importante a tener en cuenta para el terapeuta, que deberá detectar cuál de estos tres tipos de falta de deseo sexual afecta a la relación:
- Deseo sexual hipoactivo generalizado. Se trata de la falta de interés en el sexo que se extiende a todas las situaciones y parejas potenciales.
- Deseo sexual hipoactivo situacional. Ocurre en situaciones específicas o con una pareja en particular, pero no es una situación generalizada.
- Trastorno de deseo sexual hipoactivo. Se trata de un diagnóstico clínico en el que la falta de deseo causa angustia significativa y problemas interpersonales.
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Cómo solucionar la falta de libido en pareja
La terapia proporciona un espacio seguro en el que ambos miembros pueden explorar sus sentimientos, comprender las causas subyacentes del problema y trabajar juntos para encontrar soluciones. Por ello, ante la cuestión de “mi pareja no me desea” es fácil plantear ambas perspectivas en terapia. Veamos cuáles son las estrategias de un terapeuta de pareja para tratar la falta de libido.
Evaluación y comprensión
El primer paso en la terapia de pareja es realizar una evaluación exhaustiva de la relación. Esto incluye la historia sexual y relacional; el terapeuta explorará sus “antecedentes” y la historia de la evaluación para identificar posibles patrones y problemas que pueden estar afectando el deseo sexual.
También incluyen los factores médicos y psicológicos. Es importante descartar problemas médicos y psicológicos que puedan estar contribuyendo a la falta de libido. Esto puede incluir derivaciones a médicos o psicólogos para evaluaciones adicionales.
Comunicación abierta y honesta
A la hora de abordar los problemas de deseo en terapia de pareja es fundamental crear un espacio seguro en el que ambos miembros puedan comunicarse de forma abierta y honesta. El terapeuta ayudará a la pareja a expresar sus sentimientos y necesidades, fomentará un diálogo abierto y establecerá un marco en el que transmitir sin miedo al juicio o la rechazo.
Identificación de las causas
De todas las causas de la falta de deseo sexual que hemos comentado a lo largo de este blog, el terapeuta deberá analizar cuál afecta a la pareja. Tendrá en cuenta el historial de cada miembro y en qué situación ha aparecido la falta de deseo. A continuación, deberá determinar qué dinámicas, estrategias, técnicas y ejercicios encajan mejor para empezar a trabajar con la pareja.
Técnicas y ejercicios de intimidad
Ahora bien, ¿qué hago si mi pareja no me desea? Desde la terapia, se proponen varios ejercicios y estrategias para ello:
- Ejercicios de comunicación. Se ponen en marcha dinámicas para fomentar la comunicación abierta y honesta sobre temas sexuales y emocionales dentro de la pareja.
- Fortalecer el vínculo emocional. Para ello, el terapeuta propone actividades que fortalezcan la conexión emocional, como pasar tiempo de calidad juntos, compartir intereses comunes y practicar la gratitud.
- Mindfulness. Practicar la atención plena ayuda a reducir el estrés y aumentar la conexión emocional y física.
- Juegos de rol y fantasías. Hablar sobre ellas e incorporarlas puede añadir novedad y excitación, lo que combate la rutina y el aburrimiento en las relaciones íntimas.
- Juguetes. Experimentar con nuevos objetos o juguetes puede introducir nuevas sensaciones y aumentar el placer en la pareja, renovando el interés por mantener relaciones íntimas.
- Libros y artículos. Todo ello debe ir acompañado de lecturas recomendadas acerca de la sexualidad, el deseo y la intimidad que pueden proporcionar nuevas técnicas y perspectivas.
Manejo del estrés y el autocuidado
El agotamiento y el estrés pueden tener, como ya hemos visto anteriormente, un impacto significativo en el deseo sexual. Parte del tratamiento puede incluir estrategias para manejarlo con efectividad y promover el autocuidado. Por ejemplo, incluir ejercicio regular para aumentar la energía, practicar la meditación y asegurarse de pasar tiempo de calidad juntos son claves en este proceso.
Así, la terapia de pareja es la mejor manera de afrontar la falta de deseo sexual en la pareja. Si te preguntas por qué tu pareja no te busca sexualmente, no te toca ni te besa, puede que la respuesta esté en este proceso. Se trata de una experiencia con la que ambos miembros deben comprometerse.
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